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MINIMΛL

Sabía que las lápidas nos podían contar una historia, reconstruyendo las muertes. Ubiqué las tumbas de aquellos fallecidos durante la Primera Guerra Mundial, a quienes les puse líneas rojas. Casi todos coinciden con las lápidas que tienen las marcas detrás, que aquí pongo en amarillo.

 

Me fijo entonces en los vecinos de Emil y Xaver: Löffler, Malchow, Türk, Adler, Süssmann y Rosen. Todos ellos muertos de postguerra, hacia el final de 1918. Sus cargos ya no son rimbombantes: ya no existían los reales ejércitos. Eran reservistas, dos de ellos choferes. Mueren con días de diferencia. Podemos imaginar que caen en una emboscada a algún convoy, o en algún accidente.

 

Al final de todos, están Emil y Xaver, muertos en 1916 y 1917. Si notan, no encajan. El cementerio parece estar diseñado de forma progresiva, pero Emil y Xaver parecieran ser un añadido final.

 

Horas más tarde, mientras me tomaba una cerveza, escucho una notificación en mi correo.

Ampliación: Rumania en la Primera Guerra Mundial.