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Una respuesta había llegado de Kriegsgräberfürsorge. Al parecer, se habían contactado con Dieter Koening y les parecía pertinente ayudarme con la investigación.
En su interior, una carpeta de casi 100MB de documentos. Unas 300 paginas, sin mentir. Esa misma noche me dediqué, bajo la ventana a leer uno por uno los documentos.
Años y años de estudios, de recopilaciones, de fotos. Miles y miles de voces compiladas en un solo correo.
Una portada de 1926 que contiene la foto más antigua del cementerio, nos revela que al comienzo habían 20 lápidas. ¿Recuerdan los agujeros posteriores? Esta es la explicación: no fueron hechas al mismo tiempo.
Luego, un libro de 1931, “Tumbas de Guerra en Rumania”. Nuestro memorial ahora tiene 30 lápidas, pero un arreglo floral está tapándolas. Siento como de nuevo, la tumba se me escapa de las manos.
Sentía que tenía un extraño rompecabezas donde no lograba encajar una de piezas.