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Rumania en 1914 no era ni la mitad es hoy. Codiciaba Transilvania, pero esta estaba en manos de los austro-húngaros. El ejército rumano era, en esa guerra, muy corto, 35.000 hombres, con un entrenamiento para la batalla básico. Sin embargo, en 1916, luego del ser neutral, invade Transilvania bajo el bando de la Triple Entente, se la arrebata a los austro-húngaros, que era parte de las Potencias Centrales.
El ejército alemán se manda al rescate de sus aliados. El general Falkenhayn, llega con el 9no ejército alemán el 18 de septiembre. Pasan por Sighişoara el 4 de octubre de ese año. De hecho, dos de las tumbas del memorial, las de Barabas y Eikhof datan de esos días.
Los avances de las Potencias Centrales doblegan a Rumanía en días hasta casi desaparecerla, atrincherándose en 1917 en Moldavia. Luego de un efímero tratado donde hizo la paz con las Potencias Centrales, volvió a entrar en combate el 10 de noviembre de 1918. La guerra se acabaría días después. Como parte de la alianza ganadora, la Triple Entente, reclamó lo acordado al inicio de la guerra: que de ganar, se quedaría con Transilvania.
A regañadientes, en el Tratado de Trianon, Francia e Inglaterra deciden cumplir su palabra. Rumania expande así su territorio.