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Nos dirigimos a la plaza principal de la ciudadela. Allí vive Alina Balan, nieta de Hermann Balan. Alina y Dorothea se ponen a charlar en rumano con esa complicidad que solo tienen las amigas de toda la vida. Adivino palabras sueltas: “casa catalanului”, “Emil”, “Xaver”, “prieteni”.

 

Recorremos los pasillos de la mansión, mientras Dorothea me va traduciendo las explicaciones de su amiga: cuando su abuelo volvió de la guerra se aficionó a coleccionar arte. Los primeros cuadros que obtuvo eran de artistas de la región, entre ellos un cuadro de Xaver Sumer.

 

El cuadro es exactamente igual al que había visto el día anterior. Pero Alina sonríe y dice: “no son iguales.”

MINIMΛL